Publicado el 10 de septiembre de 2024 por Manuel Ríos San Martín
Rodar en un paraje único: Atapuerca
Autor: Manuel Ríos San Martín
Hace más de 20 años yo era productor ejecutivo de la serie de televisión Compañeros, que transcurría en un colegio. Para una de las tramas trajimos a Juan Luis Arsuaga para que hablara con los estudiantes sobre Atapuerca y sobre los huesos encontrados allí. Desde entonces, mi fascinación por la prehistoria y por el trabajo que se está realizando en las excavaciones no ha parado de crecer. En el 2012 visité el Museo de la Evolución Humana, el CAREX y los yacimientos con mi familia; uno de mis hijos se aproximó a la recreación del enterramiento neandertal y lo tocó. Yo pensé: ¿qué pasaría si al tocar el muñeco no fuese tal, sino que se tratase de una chica actual asesinada?
Ahí se detonó todo.
En el año 2019 publiqué en Planeta La huella del mal asesorado por José María Bermúdez de Castro; una novela que transcurre en el entorno de Burgos y las excavaciones, hasta ahora, mi libro más vendido. Años después, tengo la oportunidad de llevarla al cine con un reparto fabuloso: Blanca Suárez, Daniel Grao, Cosimo Fusco, Aria Bedmar… Es la culminación de un largo camino. Pero no solo por la adaptación de mi idea al lenguaje audiovisual, sino por ser el primer director que rueda en esos entornos privilegiados; poner la cámara delante de la Gran Dolina me produjo una emoción indescriptible, conseguir que mis personajes se movieran de verdad por la Trinchera del ferrocarril, se persiguieran por el museo o lloraran en el CAREX. Hemos intentado que todo se corresponda lo más posible con la realidad gracias a los buenos consejos de Aurora Martín, Rodrigo Alonso y de Susana Sarmiento, entre tantos otros. Creo que el resultado impactará a los espectadores y, en especial, a los amantes de la arqueología y de Atapuerca.
Nunca se me olvidará la noche en la que teníamos iluminada la Gran Dolina con una grúa de sesenta metros. Los personajes tenían una conversación trascendente para la historia. Junto a mí, estaba Aurora Martín. La estructura metálica que protege la cueva brillaba bajo los focos y le pedí a mi jefe de sonido que, por favor, nos pusiera La cabalgata de las valquirias. Unos pocos entenderán la emoción de reproducir el mismo ambiente que se había creado veinte años antes: unos excavadores trabajaban de noche y encontraron una mandíbula que pertenecía a Homo antecessor, esa nueva especie que ya cambió en el año 94 lo que sabíamos sobre la llegada de los primeros homínidos a Europa. Fue un momento inolvidable. A mí lado, me pareció ver que Aurora se emocionaba ante tanto trabajo y tantos recuerdos.
Gracias a todas las personas, empresas e instituciones que han hecho posible este proyecto.
Nos veremos en el 2025 en todos los cines.