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Así se monitorizan los fósiles originales del Museo de la Evolución Humana

MEH Los restos originales de nuestro Chico de la Gran Dolina, el cráneo número 5 de Miguelón, o la pelvis de Elvis, se encuentran monitorizados segundo a segundo desde el Museo de la Evolución.

El Museo de la Evolución Humana muestra para sus visitantes más de 200 fósiles originales extraídos de los yacimientos de Atapuerca. En la Sima de los Huesos se encuentra el mayor registro fósil mundial del Homo heidelbergensis, y en la Gran Dolina, los principales restos de Homo antecessor, el primer europeo. Esa excepcionalidad ha hecho que uno de los principales trabajos en la conservación del MEH sea la monitorización de esos fósiles originales, ya que es uno de los pocos Museos del mundo que exhibe piezas únicas. La climatización y control de los fósiles originales se realiza a través de un sistema específico diseñado por la empresa Tecdoa. Este sistema controla y guarda los datos de los parámetros de temperatura y humedad relativa del aire de las vitrinas que alojan los fósiles originales. Esta climatización está zonificada de manera que cada vitrina es controlada independientemente y es posible programar horarios de acuerdo con la afluencia de público, de manera que las condiciones ambientales de los fósiles no se vean modificadas por los visitantes. Los rangos establecidos oscilan entre 18º y 20º grados centígrados de temperatura, mientras que los de Humedad Relativa del aire están entre 38 – 43% Este sistema de control fue implementado en el MEH en mayo de 2010, dos meses antes de su apertura oficial, de manera que cuando llegaron los fósiles originales el sistema estaba controlado y equilibrado según los parámetros climáticos y ambientales de Burgos. La lectura de estos datos permite corregir en el momento cualquier desviación, a través de los ordenadores de control que están permanentemente visualizados. Los datos se guardan en una base de datos que, en la actualidad cuenta con más de un millón y medio de datos: es el “histórico actual” de nuestros fósiles y su conservación. También otro de los temas desde los que el Museo ha buscado siempre las mejores alternativas es el de la iluminación. Las vitrinas que contienen los fósiles están iluminadas con fibra óptica y leds, dotados con filtros específicos. Estos sistemas lumínicos han demostrado su eficacia para proporcionar una luz de gran calidad que no desvirtúa la visión de la pieza, a la vez que elimina los rayos infrarrojos y ultravioletas tan dañinos para los objetos expuestos.