Publicado el 05 de agosto de 2025 por Juan Luis Arsuaga
LA SIMA DE LOS MISTERIOS
Todos hemos pasado por esa edad y la recordamos con una punzada de nostalgia. Es el final de la niñez, justo antes del comienzo de la pubertad. Vemos pasar por esa puerta a los que van un año por delante y nos inquietamos. Lo llamamos preadolescencia y es el mejor momento de la vida. La edad de los sueños, la de la literatura llamada juvenil, a la que volvemos siempre. En alguna parte hay una isla con un tesoro.
Esta es una descripción de un modelo de desarrollo biológico que es exclusivo de los seres humanos. Las demás especies no cruzan una puerta porque el cambio es más gradual.
En la exposición Sueños Rotos hay tres protagonistas. Son tres niños o niñas (es difícil saberlo en estos fósiles) que ya tenían un cerebro de adulto, pero todavía un cuerpo infantil, como nuestros preadolescentes. Se han encontrado en la Sima de los Huesos de Atapuerca, que es nuestra isla del tesoro, a la que siempre volvemos. Se muestran los cráneos originales de estos niños o niñas, y una selección de réplicas de alta resolución de otras especies de la evolución humana.
Uno de los niños o niñas de la Sima de los Huesos sufrió un golpe terrible en un ojo, pero sobrevivió. Otro niño o niña es la célebre Benjamina, que es un fósil extraordinario por muchas razones. Para empezar por ser la primera patología de todo el registro fósil de la evolución humana. Y en segundo lugar porque sobrevivió muchos años, pese a la seriedad de su enfermedad, gracias a los cuidados maternos.
Los tres murieron antes de la adolescencia. Sus sueños se rompieron. O se los rompieron, porque su muerte pudo ser violenta. Es otro misterio más de la Sima de los Huesos.