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Publicado el 08 de octubre de 2014 por América Valenzuela

Piezas de museo que resucitan en twitter

Nuestro querido Miguelón y su inseparable amiga Lucy tienen muchos compañeros en la redes sociales. Son muchas las piezas de museos, zoos y universidades que cobran vida en twitter. Os cuento cuáles son algunas de mis favoritas. Sue es el esqueleto fósil de T-rex más grande y mejor conservado del mundo. Tiene 67 millones de años y habita en el Museo Field de Chicago. Se llama Sue en honor a su descubridora, la paleontóloga Sue Hendrickson, en 1990 en un yacimiento de Dakota del Sur. Diez años después, en 2000, la reconstrucción montada de su esqueleto se colocó en el museo y desde entonces es la estrella insustituible del lugar. En la red social nos cuenta las actividades que se desarrollan en la galería, si está de visita en algún otro museo o si ha sido la protagonista de algún reportaje en medios de comunicación. Es muy simpática, activa e interactúa con los demás tuiteros.

 

La calavera del asesino John Bellingham es una de las piezas estrella del Museo de Patología Barts de Londres. Bellingham mató al primer ministro británico en 1812. La pena por tal crimen fue ejecución y que su cadáver fuera usado para enseñar anatomía a los estudiantes de medicina. En twitter la calavera de criminal comparte curiosidades sobre ciencias forenses e informa sobre las actividades del museo.

 

La cobra egipcia que se escapó en 2011 del Zoo del Bronx de Nueva York y puso en alerta a la población es otra de las cuentas de twitter de habitantes de zoos más entretenidas. Pocas horas después de su desaparición nació esta cuenta. En la descripción de su perfil decía: “Soy una cobra egipcia de paseo por la ciudad”. Iba contando sus imaginarias aventuras por los distintos lugares, cafeterías, tiendas o museos de la ciudad de Nueva York. Apareció una semana después, en un rincón del mismo Museo del Bronx. Su bio ahora reza: “Soy una cobra egipcia de regreso tras haber dado una vuelta por la ciudad”. Se dedica a compartir curiosidades de lo más divertidas sobre serpientes y actualidad.

 

Otra de las piezas emblemáticas de un museo con twitter es la ballena que cuelga del techo del Museo de Historia Natural de Nueva York. La verdad es que no es muy activa, impresionar en vivo y en directo a los visitantes del museo debe quitarle mucho tiempo. De cuando en cuando teclea con sus aletas algún tuit para contarnos cuál es el estado actual de sus compañeras vivas y salvajes o para explicarnos cómo la cuidan en la galería. El otro día decía que estaba llena de polvo, que la iban a limpiar y compartía un enlace que dirigía a un streaming para ver cómo el personal del museo la dejaba limpia y reluciente. Es una actividad que a los que no trabajamos en un museo nos parece muy muy curiosa. Por eso nos la muestra.

 

En una universidad y no en un museo vive el fósil tuitero del primer pez que empezó a caminar por tierra firme, el Tiktaalik roseae. Hallaron sus restos en 2004 científicos de la Universidad de Chicago, liderados por el paleontólogo Neil Shubin, en la isla de Ellesmere en el ártico canadiense. Cuando el Tiktaalik vivía esas tierras, hace 375 millones de años, eran subtropicales, zonas de marisma de poca profundidad.  Hoy en tuiter este fósil cobra vida para mantenernos al día de todas las novedades sobre sí mismo, como su presencia en exposiciones, nuevos estudios científicos y para pasarlo bien e interactuar como un tuitero más. Estos son solo algunas de las muchas piezas de museo que podéis encontrar divulgando ciencia en la red social twiiter. En esta lista podéis encontrar muchísimas más.